Si bien hoy día hay acuaristas que optan por no tener sustrato en sus acuarios, por razones estéticas, de flujo u otras razones, lo cierto del caso es que ello sólo se lo recomendaría a acuaristas avanzados que pueden “leer” lo que está sucediendo en su acuario sin necesidad de realizar test alguno; y con ello anticiparse, con esa lectura a los problemas que se avecinan, pues el aporte que realiza el sustrato es sumamente importante para la estabilidad del acuario en muchos aspectos que ya comentaremos.
Un acuario sin sustrato siempre será más frágil que uno con sustrato por ello es que sólo lo recomendaría para el acuarista con experiencia que comprende bien lo que sucede, puede estar por suceder en su acuario o bien conoce cómo compensar su ausencia.
Sin duda alguna existen hermosos y extraordinarios acuarios sin sustrato, como el de nuestro estimado amigo Fernando de Galicia reef-dorphine, pero todos ellos tienen en común un acuarista con conocimiento.
El sustrato básicamente lo podemos tener por su propósito y por tipo de sustrato. Desde la perspectiva del tipo, para muchos, en los cuales me incluyo, este aporta belleza y nos da una representación más próxima a la naturaleza que queremos imitar. Aquí encontramos sustratos de diferentes grosores y color, pero por supuesto que hay unos son ideales sobre otros como veremos adelante.
Si lo vemos desde la perspectiva del propósito su aporte es invaluable y difícilmente de alcanzar, por lo menos a la fecha, por otros métodos, con exclusión del acuarista avanzado que logra compensar en alguna manera estas falencias por otros medios, del cual destaca su conocimiento para anticiparse a los problemas.
Lo primero que debemos apuntar es que la arena o sustrato que encontramos en un arrecife natural es de carácter oolítico, lo que nos da una guía de lo que debemos buscar para nuestros acuarios. Cuando hablamos de arena oolítica nos referimos a que tiene sus propias características, como lo sería su origen sedimentario y de carbonato de calcio, que no solo proviene de la acción del pez loro al consumir el alga de los corales, sino también de otros peces como los cirujanos, la acción de erizos como el Diadema, de moluscos que también raspan los esqueletos coralinos que se llenan de algas, así como algunas algas como las coralinas y la Halimedas por citar algunos organismos que contribuyen a la formación de esta arena oolítica.
El promedio la granulometría de esta arena, en un arrecife natural es de 0.5 mm y cada grano es “tierra” fértil para la vida, en su porosidad viven las bacterias y en su superficie algas, películas de cianobacterias u otras que son la razón para que nuestros peces areneros pasen “consumiéndola”, pero el hecho que cada grano sea cubierto por estos organismos también permite la contribución de carbonato de calcio al acuario por el ligero cambio de pH que se vive en esa superficie de ese grano.
Así que hacer una buena selección del sustrato para nuestro acuario, no es tarea ligera, todo lo contrario, es tarea importante.
El material de desecho de los organismos del arrecife, de nuestro acuario también, proporciona una importante fuente de nutrición, principalmente a bacterias y flora y fauna asociada y que gracias a la transformación que realizan estos organismos y que forman parte de la llamada cadena alimentaria detrítica es que logramos que los detritus, la nieve marina, el material orgánico disuelto o en partículas (DOC o POC), como la materia fecal, fragmentos de comida, materia vegetal, mucosidad de los corales, etc. que circula en el acuario sea aprovechado y transformado en fuentes de energía. El resultado de su presencia y acción no sólo es una fuente de alimento en sí misma, sino que proporciona materia prima para canalizarl de nuevo en la cadena alimentaria.
Conforme el acuario va madurando y aumentando la cantidad y diversidad organismos, esta se vuelve cada vez más un sustrato más vivo, una "arena viva" que no se limita a bacterias.
Esta transformación de aquel sustrato muerto, al inicio del ciclado, a un sustrato vivo supone otra importante contribución, se hace una fuente adicional de rico y nutritivo alimento. El sustrato se convierte en caldo de cultivo para muchos gusanos, crustáceos, microbios, zooplanton y algas que luego alimentan directamente a los herbívoros y depredadores, o añaden alimento a la columna de agua con sus larvas y gametos.
Además, la existencia y crecimiento de las comunidades que habitan la arena y roca viva, como descomponedoras y consumidoras de material orgánico e inorgánico, es inestimable para la calidad de nuestra agua y por supuesto para la cadena alimenticia.
El material de desecho de los organismos del arrecife, de nuestro acuario también, proporciona una importante fuente de nutrición, principalmente a bacterias y flora y fauna asociada y que gracias a la transformación que realizan estos organismos y que forman parte de la llamada cadena alimentaria detrítica es que logramos que los detritus, la nieve marina, el material orgánico disuelto o en partículas (DOC o POC), como la materia fecal, fragmentos de comida, materia vegetal, mucosidad de los corales, etc. que circula en el acuario sea aprovechado y transformado en fuentes de energía. El resultado de su presencia y acción no sólo es una fuente de alimento en sí misma, sino que proporciona materia prima para canalizarla de nuevo en la cadena alimentaria.
En fin, la invaluable vida que se desarrolla en el sustrato de un acuario maduro es un ecosistema que difícilmente podemos reproducir por otros medios, aún cuando tengamos solo rocas.
Otro aspecto importante del sustrato, cuando le damos correcto mantenimiento, sea por nuestros medios o por organismos que introducimos como caracoles, pepinos, estrellas, peces areneros, etc. es que hace más eficiente la iluminación de nuestros acuarios por medio de la reflexión luminosa realiza.
Regresándonos al tipo de sustrato, decía que el sustrato formado por aragonita es el ideal para el acuario marino, aunque también en el océano se puede encontrar dolomita y calcita. Pero de estas, la mayor solubilidad nos la da la aragonita que es metaestable a un pH de 8.2, que es el que encontramos en el agua de mar.
Esto significa que por la acción de acidificación que se da en el acuario, los invito a leer nuestra nota sobre la acidificación en blog, la superficie de ese grano de aragonita se seguirá disolviendo y en consecuencia liberando calcio y buffer carbónico hasta alcanzar un pH de 8.2. En resumen, esa es la razón que nos ayuda a estabilizar el pH del acuario en el rango ideal.
Las razones explicadas sobre el importante rol que cumple el sustrato son las que me hacen recomendar siempre su uso para quienes inician o para quienes quieran un acuario menos frágil.
Como explico en mi nota ¿nuestros acuarios marinos respiran y exhalan? quienes den el paso a acuarios sin sustratos de aragonita y más, si son tipo cubo, tendrán serios problemas de estabilidad del pH, así que si estás empezando en este pasatiempo mi recomendación sería no iniciar sin sustrato y no empezar con un cubo sin este.
Como explico en la nota sobre la respiración de los acuarios, por las leyes de Dalton y Henry existe un intercambio gaseoso y la composición de los gases que estén en la habitación del acuario, también estarán en el acuario, se disolverán en el agua y tendremos porcentajes iguales en el agua como en el aire (atmósfera) de la habitación.
Por ello el pH de un acuario baja en habitaciones cerradas con mayor acumulación de dióxido de carbono.
Este intercambio se da a lo largo de la superficie del agua del acuario, por tanto, a mayor superficie mayor intercambio de gases y viceversa. En un acuario tipo cubo, más si es alto, se tendrá una menor superficie para un buen intercambio de gases respecto del total de volumen de agua que maneja y ello les complica alcanzar el equilibrio de gases con respecto a la atmósfera o el aire de la habitación donde se ubica el acuario y ello genera que se de una mayor acumulación de dióxido de carbono en el acuario (por la actividad de los organismos) que en la habitación, nuevamente, no se equilibran los gases, pues en contextos normales al haber más CO2 en el agua del acuario, este tendería a salir del acuario y pasar a la habitación hasta que las concentraciones de ambos queden en equilibrio y si la habitación está bien ventilada logramos mejorar aún más el pH del acuario por la salida de ese CO2, cosa que no es tan fácil lograr, como explique en acuarios tipo cubo y más si son altos (poca superficie en relación al volumen de agua) y más se acentúa el problema si no cuentan con sustrato que le sirva de buffer al agua del acuario.
Por supuesto alcanzar cubos increíbles, como el de nuestro amigo Raúl de SeaDreams, es absolutamente posible en la medida que el acuarista se educa y forma en el pasatiempo.
Si va a optar por un acuario tipo cubo y más si es alto, procure usar siempre sustrato de aragonita y una muy fuerte agitación en la superficie del acuario, al igual que una buena aireación por el skimmer y caída del agua al sump.
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