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Deficiencias de fosfatos en el acuario



Es relativamente frecuente observar consultas de acuaristas sobre los problemas de excesos de fosfatos o bien, caemos en cuenta de este tema cuando algún compañero nos explica que esos problemas de algas indeseables están relacionados con excesos de nutrientes y comenzamos a percatarnos de los problemas que surgen con la abundancia de fosfatos.


Por esta razón es que en el blog le hemos dedicado un par de notas explicar el problema del exceso de fosfatos y alternativas para tratar el problema pero qué sucede cuando en nuestro ecosistema tenemos el problema opuesto, sea una deficiencia de fosfatos.


Dado el avance de nuestro pasatiempo en cuanto a eficiencia de equipos, calidad de comidas, media de superficie para las bacterias, resinas, sistemas de filtración, etc, no es extraño que en vez de escuchar sobre el exceso de nutrientes escuchemos con mayor frecuencia sobre deficiencias de nitrógeno y de fosfatos. Más conforme nuestros acuarios se nos hacen maduros.


Cuando vivimos deficiencias de fosfatos en el acuario el camino y recomendación regular que siempre recibirnos es aumentar la alimentación, dar mayor cantidad de alimento congelado, pero ello no siempre resulta en la solución correcta pues, así como subimos el fosfato, también subimos los compuestos nitrogenados, que, a lo mejor, en nuestro acuario está bien, están en la proporción correcta.


También puede suceder, que al dar estas cargas extras de alimentación no conozcamos la carga exacta de fosfatos que introducimos y se nos pase la mano y transitemos de un déficit a un exceso de fosfatos y con ello podamos crear un nuevo efecto negativo en nuestros organismos, al ecosistema y a la estética del acuario, pues fuera de eventuales algas indeseables nuestra agua se volverá más amarillenta, será menos cristalina.



Otra vía para subir los fosfatos y que prefiero por ser más controlada es añadiendo fosfatos por medio de líquidos que particularmente hoy se comercializan en nuestro pasatiempo para tal propósito o bien, haciendo nuestra propia receta, como la que personalmente uso por medio del fosfato de trisodio.


Para este último caso usamos 1 gramo calidad laboratorio en un litro de agua. Con ello, en principio, estaremos subiendo el fosfato en 0.07 ppm por cada 1 ml de esta solución que usemos en 7.5 litros de agua del acuario. No es de extrañar que en acuarios con déficit no subamos el fosfato de forma inicial en esa proporción de 0.07 ppm pues muchos organismos comenzarán a capturarlo tan pronto lo ingresemos.


No obstante, de cuál de los dos caminos tomemos para aumentar los fosfatos es importante entender la biología de fondo para comprender mejor los efectos que causa el déficit de fosfatos y nos preocupemos en que se mantengan en valores adecuados.


Los fosfatos idealmente deben estar en nuestros ecosistemas artificiales entre los 0.03 a los 0.06 ppm.


Conforme lleguemos a 0.01 ppm o los fosfatos se hagan indetectables a nuestros test las oportunidades de que se nos formen dinoflagelados, por la pérdida de competidores de estos ante la hambruna que se forma, será mayor. Por otra parte, y en lo que me detendré con mayor atención en esta nota será el efecto sobre nuestros corales.



Como punto de partida para comprender el problema que causa el déficit de fosfatos en nuestros corales debemos entender que el fósforo es fundamental para la vida, es esencial para todo ser vivo y que por tanto debe estar presente en su justa medida como la que ya hemos recomendado para nuestros ecosistemas artificiales.


Este fosfato no solo es utilizado, en el caso de nuestros corales, por la zooxantela que vive en el coral, también el fósforo está presente en el esqueleto del coral y en algo aún mucho más importante para nuestros corales y todos nuestros otros organismos del acuario. El fosfato es esencial para formar el adenosin trifosfato (ATP) que es una sustancia presente en todas las células vivas que proporcionan energía para muchos procesos metabólicos y la cual también participa en la elaboración del ácido ribonucleico (ARN).



Así las cosas, creo que comprendemos que el fosfato disponible en nuestros acuarios no puede mirarse como una presencia indeseable ni menos subestimarse su ausencia o déficit.


El fosfato es esencial, necesario y deseable en su rango aceptable.


En los arrecifes coralinos naturales la concentración media de fosfato disuelto en la columna de agua es de ~0,01 - 0,03 mg/l. Por ejemplo, en la Gran Barrera de Arrecife de Australia el valor es 0,009 a 0,02.


Fuera de esta presencia de fosfatos disponibles en el agua de los arrecifes, los corales disponen de otra importante fuente de fosfatos, muchísimas veces ausentes o presente en la cantidad necesaria en nuestros acuarios, el plancton marino.


Cada vez que el coral atrapa una partícula de plancton su biomasa le proporciona al coral un poco más de fosfato. Mientras en nuestros acuarios no podamos tener las densidades del plancton que está disponible en los arrecifes coralinos debemos procurar mantenerlo en nuestra columna de agua en el rango antes recomendado.



Los corales requieren del fosfato para movilizar la energía obtenida de su relación de simbiosis con la zooxantela. Durante la fotosíntesis el subproducto que alimenta los corales, que son básicamente azúcares o glucosa, que se forma como resultado de la luz y el CO2 que se almacena temporalmente en las zooxantelas. Este azúcar se almacena en forma de almidón y es usado como reserva para cuando la fotosíntesis no es posible y para esos momentos el almidón debe volver a convertirse en azúcares y de ello se encarga el fósforo por medio de una descomposición fosforolítica.


Una deficiencia de fosfatos y conforme esta sea más pronunciada provocará que los corales dejen de crecer y sus colores se vuelvan apastelados.


Sus pólipos serán más visibles, inicialmente, lo que podría confundir al acuarista de que sus corales estás bien, pero esta extensión inicial es tan solo una expresión de que el coral está hambriento y busca desesperadamente atrapar alimentos.


Posteriormente dejarán de extenderse y podríamos comenzar a ver la muerte del coral.


Este problema será más evidente en cuanto a la rapidez del impacto del problema cuando el acuarista mantiene KH altos, de 10 en adelante y deficiencias de fosfatos.



Los corales requieren del fosfato para movilizar la energía obtenida de su relación de simbiosis con la zooxantela. Durante la fotosíntesis el subproducto que alimenta los corales, que son básicamente azúcares o glucosa, que se forma como resultado de la luz y el CO2 que se almacena temporalmente en las zooxantelas. Este azúcar se almacena en forma de almidón y es usado como reserva para cuando la fotosíntesis no es posible y para esos momentos el almidón debe volver a convertirse en azúcares y de ello se encarga el fosforo por medio de una descomposición fosforolítica.


Ante la carencia de fosfatos, se dará también una carencia energética la cual será más intensa conforme el déficit de fosfatos es mayor.


También, y fuera del proceso de alimentación, los corales utilizan el fosfato en su esqueleto y en su mucosa y conforme se acentúa el déficit de este ya no estará disponible en sus tejidos y por tanto no puede formar el adenosin trifosfato (ATP) que apuntaba al inicio.


Es decir, en los casos de limitación de fosfatos los corales se encuentran en una condición donde se les dificulta mucho obtener energía para los procesos vitales lo que tarde o temprano conduce a la muerte de los tejidos, la decoloración de los corales que inicia por el apastelamiento de sus colores, lo cual impacta también en procesos biológicos como los destinados a producir las proteínas de color que protegen al coral de los excesos de energías de las longitudes de onda de la iluminación y por tanto, mayor presencia de radicales libres que dañan los tejidos del coral y sus pólipos. También esto traerá como consecuencia que tarde o temprano el coral expulse la zooxantela en una reacción que la estima como de protección, pero que terminará con el blanqueamiento del coral y su posterior muerte por inanición.


El fosfato se consume muy rápidamente en los acuarios de arrecife. Dado que los microorganismos (bacterias, etc.) pueden acceder al fosfato más rápidamente que los corales, a menudo es difícil mantener el valor constante, especialmente en acuarios con mucha superficie activa (roca, arena o medios para alojar bacterias).




Mantener los nutrientes, sean fosfatos o nitratos constantes por medios líquidos y el uso de su medición regular por test para un mayor control nunca dejará de ser una buena práctica para evitar dolores de cabeza.

Mantener constantes los niveles de nutrientes en sus rangos ideales y tenerlos disponibles para nuestros organismos, desde microscópicos a mayores, es una clave importante para el éxito de un acuario de arrecife y por ello no solo debemos preocuparnos por fosfatos altos, sino también por fosfatos en déficit.


El uso de líquidos que nos permitan mantenernos en rangos nos garantiza, que ya sea el nitrato o el fosfato, estos siempre estén biológicamente disponibles de forma constante y por supuesto, en sus valores recomendados.

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